Los científicos del mundo médico siempre intentan entender la causa exacta y la naturaleza de las alergias, y no es probable que tengan la respuesta antes de varios años.
Desde el punto de vista de la medicina occidental, la alergia es una reacción alterada y exagerada del sistema inmunitario a una sustancia.
Con NAET, las alergias están consideradas a través de un enfoque holístico, fundado sobre los principios de la medicina oriental. Consideramos la alergia sobre todo como una condición de sensibilidad inusual de una persona frente a una o varias sustancias que, por otro lado, son inofensivas para la mayoría de las otras personas.
Para la persona alérgica, la sustancia alergizante (alérgeno), está percibida por el cerebro como una amenaza para el equilibrio del cuerpo, y así pues para su bienestar.
Cuando uno entra en contacto con un alérgeno, éste acarrea bloqueos en las vías de energía llamadas «meridianos». De esto resulta una perturbación de los flujos normales de energía, a través de los «circuitos eléctricos» del cuerpo.
Entonces, los bloqueos de energía son susceptibles de provocar interferencias en la comunicación entre el cerebro y las diferentes partes del organismo, vía el sistema nervioso. Esta perturbación en el flujo de energía es la primera etapa de una cadena de acontecimientos que pueden transformarse en una reacción alérgica.
Por eso, según nuestro enfoque, una alergia se define según la manera que una sustancia dada puede afectar los flujos de energía del cuerpo.
En consecuencia, las alergias son el resultado de desequilibrios de energía dentro del cuerpo, que engendran un estado de salud debilitado, pudiendo afectar a uno o varios sistemas y órganos.